-
Arquitectos: Bernardo Bustamante Arquitectos
- Área: 246 m²
- Año: 2021
-
Fotografías:Francesco Russo
-
Proveedores: Aluminio y Vidrio "Rosero", Ceramic Center, Disensa San Vicente, Ecuaceramica, FV, Grifería, Rodes
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto se ubica en una meseta elevada, aproximadamente a diez metros sobre una playa, rodeada de acantilados que forman una cala privada. El acceso desde la carretera es cautivador, atravesando bosques secos con árboles centenarios. La travesía implica cruzar el Río Muchacho, cuyo crecimiento con las lluvias, complica la accesibilidad, por lo que la construcción se llevó a cabo durante los seis meses de la estación seca.
El clima es tropical y durante varios meses llueve mucho, las temperaturas y la humedad son muy altas. El norte de Manabí, posiblemente la zona de mayor riesgo sísmico en Ecuador, ha experimentado terremotos devastadores que destruyeron poblaciones enteras. En el terremoto de 2016, la localidad de Canoa sufrió graves consecuencias.
La temporada lluviosa conlleva niveles elevados de precipitaciones, causando inundaciones y deslizamientos. Aparece ocasionalmente el Fenómeno del Niño, intensificando aún más la pluviosidad.
Motivados por las condiciones desafiantes, se buscó una arquitectura responsable que pueda funcionar, exploramos la arquitectura local. Realizamos una taxonomía de los principios básicos con los que se ha operado ancestralmente, y se planteó una serie de estrategias para el diseño:
(1) Elevar la planta principal para prevenir inundaciones y deslizamientos, así como para protegerse de animales. (2) Optar por una estructura de hormigón armado, un sistema ordenado y robusto que sea el protagonista en el diseño. Para la cubierta se respaldada por cerchas de madera elevadas para reducir el centro de gravedad. (3) Diseñar una gran cubierta con aleros sobredimensionados, para cubrir una mayor superficie de la lluvia y del sol. (4) Utilizar materiales de bajo mantenimiento y resistentes a la humedad. (5) Generar espacios altos y abrir la casa en varios frentes para facilitar la ventilación cruzada.
Basándonos en los principios aprendidos de la arquitectura vernácula, aplicamos una estructura elevada de hormigón sobre pilotes. La planta baja cumple funciones de servicio y almacén, utilizando mampostería de ladrillo cocido para resistir la humedad y la salinidad. La cubierta es ligera de fibrocemento.
El volumen es simple, una barra que quiebra en la división de lo público y privado, marcando los accesos en esta articulación. Este giro, permite que todos los espacios de estar, se beneficien de la vista a la playa, así como de la refrescante brisa marina.
El programa es para una casa de vacaciones con tres habitaciones, dos baños completos y una zona social abierta. Cocina, comedor y salón comparten un espacio conectado a una amplia terraza con vistas al mar y a las montañas. En la planta baja están los estacionamientos y servicios. La Casa tiene dos accesos, uno directo desde el estacionamiento y otro a través de una rampa que acompaña la pendiente natural del terreno.